viernes, 20 de febrero de 2009

"hablando un dia con el rio"




 

Marche un buen día de pesca como solía hacer cuando tenia un rato, partí para el coto del chorron, un coto que se encuentra en el río Tormes, por debajo de la presa de Santa Teresa. En esta ocasión marche solo pues mis compañeros de pesca estaban liados, “o los avían liado”. Empecé pescando lo que se conoce como el molino, o lo de enfrente del antiguo refugio de pescadores, pues esta es una buena zona de pesca, que me trae muy buenos recuerdos, uno de los mejores que me trae es que en este tramo gane el campeonato provincial de salamanca en la temporada 93, y que me dio el pase al campeonato de castilla y león en el río tera, en el coto de puente tera. Esto eran las cinco de la tarde, pues en el mes de junio, es una de las mejores hora para pescar a mosca seca, pues a estas horas la eclosión de moscas la tienes asegurada, estaba eclosionando una mosca amarilla que por esta época sale mucho se trata de una ceptroptilun luteolun, que con la correspondiente imitación telo puedes pasar bomba, nada mas entrar enseguida vi. cebándose un par de truchas que por la cebada que se pegaban prometían ser de buena talla, me posicione para hacer una buena presentación a la primera que tenia mas cerca, y nada mas pasarla por su cono de visión subió como si se tratara de una mosca natural, con toda la confianza tomo mi mosca amarilla, y no me equivocaba era lo que yo pensaba una trucha de muí buen tamaño, luchadora donde las aya estas truchas te ponen la adrenalina a tope, después de un buen rato logre meterla en la sacadera y sacarla, la medí y media 62 CMT, “todo un record de trucha”, bueno relativamente pues todos los pescadores que han pescado este coto saben que no es raro sacar ejemplares como este y bastantes mas grandes, la quite la mosca con mucho cuidado y la devolví al agua. Seguí pescando y sacando truchas bastante tiempo de toda la tarde, subí río arriba por ver si se cebaban truchas por esta zona, ya se estaba pasando la hora de la eclosión pues ya salían pocas moscas, y se veían pocas truchas cebarse, decidí sentarme en una piedra muy grande que esta en medio de unas corrientes bajas en la parte de arriba, y controlar un poco desde esa zona la posible postura  de alguna trucha, ya llevaba un ratio cuando cual fue mi ¡sorpresa!, o “mi miedo”, cuando una voz me llamo por mi nombre, ¡aquí delante de ti!, yo miraba para todos los lados y no veía a nadie, por un momento me estaba aterrorizando, y aquella voz seguía diciéndome soy yo, ¡delante de ti!, y yo le decía ¡pero quien eres tu no te veo no veo a nadie! Yo miraba y miraba y nada pensaba que era alguno que me estaba tomando el pelo, pero la verdad es que aquella voz tenia algo, cual fue mi sorpresa cuando yo le pregunte pero quien eres, y la voz me contesto “yo el río”, entonces si que pensé que me estaban tomando el pelo, y decidí marcharme, pero la “voz o el río” me suplico que me quedara un poquito mas pidiéndomelo por favor. Esa tarde hacia calor pero yo estaba helado no se si de miedo o de que, yo le dije ¿si eres el río? ¿Me conocerás bien pues yo vengo mucho por aquí?, y cual fue mi sorpresa cuando me dijo, ¡te llamas tasio! ¡O al menos así es como te llaman tu compañero cesáreo y paco! ¡Que por cierto hoy no los he visto por aquí!, ¡te conozco desde hace muchos años! ¡A ti y a muchos pescadores que como tu llevan viniendo a pescar en mis entrañas muchos años!, pero con nadie me he atrevido ha hablar excepto contigo “si no tienes miedo de hacerlo”, yo estaba mudo y perplejo por lo que allí estaba sucediendo era como un sueño esto no podía estar pasando ¿que pasaba me estaba volviendo loco? ¿Me había quedado dormido en la piedra y estaba soñando?, ¡no nada de eso sucedía, era verdad el río hablaba con migo! Bueno te miento, me volvió “a decir el río”, si e hablado con alguien, esto ya hace muchos muchos años, con un viejo, pescador que como tu era asiduo a este coto de pesca temporada tras temporada, “cuando yo tenia vida en mis entrañas” tenia cangrejos, tenia bogas, tenia sardas, tenia barbos, tenia tal cantidad de truchas que era una maravilla verlas saltar y saltar, correr y correr, el agua discurría libre, tenia islotes donde los peces podían refugiarse de las riadas, tenia muchos mas árboles en la orilla, el agua era mas pura no tenia tanta contaminación, la gente venia a bañarse mas a menudo, sobre todo en pleno verano, esos chiquillos saltando chapoteando dentro de mi eso me daba mucha vida, luego empezaron a venir maquinas que me sacaban la tierra de mis entrañas que me cortaban los árboles de mi orilla, luego pescadores desaprensivos que no cuidaban lo que yo les aportaba para su satisfacción, haciendo hogueras en mí orilla, que después no apagaban y terminaban por prenderse los matorrales de la orilla y con ellos la ribera del río. Yo le notaba que el tono de voz se le iba subiendo al contarme todas estas cosas, y eso me daba un poco de miedo, el me lo noto y cual fue mi sorpresa cuando me pidió perdón, ¡que no pretendía asustarme me dijo! El siguio con su charla y me dijo si yo sabia sacarle de alguna de sus dudas, pues el no conocía mas mundo que el suyo, me preguntaba ¡para que cortaban los árboles!, ¡para que sacaban la tierra de sus entrañas!, en una palabra ¿para que le hacían tanto mal? El no entendía nada, pues como me havia dicho no conocía otra vida, nada mas que la de la madre naturaleza. Que le tenía que contestar yo, que todo el mal que le “estábamos” haciendo era para que nosotros ¿viviéramos mejor? ¿Para que nosotros con sus árboles tuviéramos mejores muebles y no pasáramos frío en invierno? ¿Para que nosotros con su tierra tuviéramos mejores casas? ¿Y con sus peces? ¿Que le contesto yo? ¿Que la mayoría acaban en el cubo de la basura? ¿Tu crees que el lo entendería?, no sabia que contestarle, pero me daba la impresión de que sabia muchas cosas “quizás el viejo pescador le contara algo”. Hablamos y hablamos un buen rato, el me hacia preguntas y yo dentro de lo que cabe le contestaba, no que ría herirle mas de lo que estaba, el me decía porque tenia tampoca vida en sus entrañas el se refería a los peces, el me preguntaba si nosotros podíamos hacer algo, el había notado que desde hace unos años muchos de los pescadores que venían soltaban otra vez los peces que pescaban, pero que había otros que no, el se sentía con vida cuando el río tenia muchos peces, para el eran como sus hijos era su vida, los árboles de la orilla, ya no tenia tantos como antes. El me dijo que lo que estaba haciendo con migo le había costado mucho, que esto no lo hacia habitualmente, de echo me volvió a decir que tan sólo a otro pescador le había hablado, pero que ese pescador ya no existiría pues esto hace ya muchos años. El no dejaba de contarme cosas que con los años avía visto, yo le escuchaba con mucha atención y lo que si percibía en sus palabras es que estaban llenas de tristeza, y de desesperación, y lo que sientes es impotencia ante tal desesperación, y se despidió diciéndome “gracias” tasio por haberme escuchado, y si en algun momento tuviste miedo te pido perdón por haberte asustado, espero que vuelvas pronto por aquí, y quien sabe lo mismo me lo pienso otro día y echamos otro parlado, ¡y sin mas note como una ligera brisa!, y todo volvió a la normalidad.Yo particularmente, decidí dentro de lo que esta de mi mano que no es poco, ayudarle en todo lo que pueda que es mucho, como devolver los peces al río, no quemar las orillas, ni dejar la bolsa de la basura en sus riberas. Y en nombre de el pido a los demás pescadores también pongan de su parte, pues mirándolo bien el forma parte de nosotros.   

editado por tasio redondo

autor tasio redondo