viernes, 26 de agosto de 2011

TARDE DE VIENTO

 Tarde de viento en el rio Tormes, las truchas se cebaban recelosas, cosa normal a la altura de temporada en la que estamos, bajo al parado donde le suelo echar horas esperando a que algún pepino se acerque y se ponga a tiro, a tiro digo, pero es una distancia de lances largos muy largaos , se van arrimando un par de truchas de un tamaño considerable, se confían comiendo aunque siempre en alerta, comen y comen y vuelven a comer, no puedo lanzar aun están muy lejos de mí, un pato pasa nadando por la otra orilla, cosa que me puede beneficiar, si se asustan un poco y se vienen para mi, cosa que no sucede, pues deben de estar enseñadas a estas aves, espero y ya pasa mucho rato, llegan Javier y Juan Carlos, se quedan por debajo de mi, sigo aguantando, una se desplaza hacia mí, relativamente, pienso, creo que la llego, lo intento y me quedo a un metro, se desplaza y ahora sí que la llego, han pasado casi dos horas de espera, me duelen los brazos de tenerlos en vilo para no mojarme, pues estoy metido hasta el borde del wader, le paso la mosca y nada de nada, esta resabiada, y mira mucho, lanzo varias veces más y nada, no quiero asustarla, me pregunto si no coge esta mosca no coge ninguna, o sea no cambio la mosca, pues esta pesca muy bien, vera el nailon, lanzo otra vez y entre el viento y lejos que esta a veces no le pasa como yo quiero, pienso, y digo no coge la mosca, la pondré un tricoptero, el irresistible que llama un buen amigo mío, cuerpo ciervo oliva, tórax dubin rojizo, y tejadillo poliwin, un material que me da muy buenos resultados y una presentación inmejorable a mis moscas,  lanzo, no le pasa bien, el viento me hace la pascua, lanzo y otra vez mal, espero que se calme un poco, lanzo, ahora va muy bien en la dirección en la que se ceba, pienso que hará, seguro se lo come, pues estas truchas llevan mucho en el rio y conocen bien este tipo de insectos, se aproxima y me preparo por si se decide, llega y sube con confianza, clavo, y empieza el baile, Javier ya está aquí, le doy una voz a mi amigo, que se aproxima para echarme una mano, la consigo acercar a mi, la meto en la sacadera y se me sale, es muy grande, Javier se acerca, saca su sacadera familiar, se le acerca y la mete con destreza, truchon de 66 centímetros, macho, con unos ocelos blancos y unas pintas rojas como solo las de esta línea tienen, muy bien Javier le digo, ahora el reportaje para el recuerdo y suelta otra vez a su casa, el rio, gracias amiga por concedernos este momento inolvidable, que perdurara en nuestras mentes y recuerdos.






EL BONITO EJEMPLAR ANTES DE SER DEVUELTO AL AGUA







LA MOSCA QUE LOGRO ENGAÑARLE